¿La intención es lo que cuenta?
Con este panorama de trasfondo, no fue de extrañar que, tras conocerse el desarrollo y la fecha de lanzamiento de Crysis 2 para 2011, la secuela se convirtiese automáticamente en uno de los juegos más esperados del año, y más teniendo en cuenta que esta vez el juego también llegaría desde el primer momento a PlayStation 3 y Xbox 360.
Lo primero que hay que comentar, y que ya es un acierto desde el principio, es que desde Crytek decidieron que había que ser original en todo lo posible, en lugar de mantenerse simplemente como continuístas. Sí, Crysis 2 es un Crysis en toda regla, pero aprovechando la adaptación a consolas han optado por cambiar ciertos aspectos de la jugabilidad, y ya de paso cambiar la ambientación, para convertirlo así en un juego bastante diferente, dentro de lo que cabe.
Veamos entonces qué es lo que nos cuenta
Comenzando con la historia, cuya duración es de poco más de diez horas, decir que abandonamos los entornos selváticos de la isla del juego original, y tres años después de los eventos ahí acontecidos, nos trasladamos a la ciudad de Nueva York para ser testigos de una invasión alienígena que está reduciendo la ciudad a cenizas. El protagonista de la historia es Alcatraz, un soldado que acaba haciéndose con el nanotraje de manos de Prophet, al que ya conoceréis si jugasteis a la primera entrega, y que se verá en medio de la comentada invasión alienígena y de una serie de intereses enfrentados entre unos miembros del ejército que buscan acabar con la invasión y salvar a los humanos, y otros que buscan descubrir los secretos del nanotraje para su interés personal.
El guión que nos va contando esta historia, llena de flashbacks, interludios, grabaciones y demás, ha sido desarrollado por dos escritores de novelas, Richard Morgan y Peter Watts, que nos han proporcionado una trama que no es que sea la 8ª Maravilla del mundo, pero sí que hace su trabajo lo suficientemente bien como para mantenernos interesados y animarnos a seguir jugando para conocer su devenir. Hasta aquí, vamos a ser benevolentes (haciendo un poco de esfuerzo) y digamos que el listón se mantiene con respecto a la primera entrega.
Shooter, sí, pero con libertad
Pasando a la jugabilidad, los cambios son muy evidentes a simple vista. Todo es más espectacular, más peliculero, pero también hay que decir que la ambientación se presta a ello. Pero que esto no lleve a engaño, porque el estilo de juego es distinto y no es un Call of Duty en el que todo es lineal y pasillesco, sino que en cada nivel se nos abren gran diversidad de posibilidades, dándonos mucha libertad de acción. Eso sí, todo se va a ir presentando de forma progresiva, llegando a dar sensación de decepción en un principio, algo que se corrige con el tiempo.
Partiendo del hecho de que las muchas armas existentes en el juego son personalizables y que el nanotraje cuenta con capacidades extra como los distintos visores (evaluación táctica, infrarrojos, calor, etc.) o las habilidades especiales (coraza, saltos más potentes, camuflaje, etc.), que además se pueden mejorar, ya tenemos un buen abanico de posibilidades. Pero si es que además añadimos que cada nivel tiene una grandísima cantidad de posibilidades válidas de superación, nos encontramos con que cada partida puede ser completamente distinta y que todo dependerá de nuestra capacidad de análisis y de lo que nos apetezca hacer en cada momento. Pero lo mejor de todo es que la cosa no se queda ahí, ya que el entorno tiene mucho que decir, con diversos caminos, rutas alternativas y objetos de todo tipo que podemos utilizar para desarrollar nuestra táctica.
Por poner ejemplos, podemos evaluar un escenario al principio de la misión y decidir atacar de frente, actuar como francotirador, flanquear y evitar cualquier tipo de enfrentamiento, actuar con sigilo para pasar desapercibido, eliminar a los enemigos silenciosamente, etc. Las posibilidades son muchas, y para llevarlas a cabo contamos con las distintas combinaciones de diversos elementos existentes para cada arma, con las habilidades del nanotraje y con los elementos del escenario (objetos de todo tipo que podemos coger o lanzar, vehículos que podemos golpear o conducir, armas pesadas que podemos usar, etc.). Muchas de estas opciones se enseñan en el tutorial, pero tened por seguro que las posibilidades disponibles son muchas más.
En realidad, y resumiendo, los auténticos protagonistas del juego son los escenarios, que se reparten por toda Nueva York dividiéndose en escenarios interiores y exteriores, pero que en ambos casos suponen un punto de partida para dar rienda suelta a nuestra imaginación y a todas nuestras habilidades. No llega a ser un mundo abierto, pero en ciertas ocasiones se asemeja bastante por el gran número de posibilidades disponibles.